Alemania se convertirá, a partir del próximo 1 de noviembre, en el primer país europeo en permitir que en los certificados de nacimiento no se registre el sexo de los recién nacidos, una pequeña gran revolución jurídica destinada a hacer más llevadera la vida a las personas que nacen sin que sea fácil determinar si son hombres o mujeres. Esta regulación, que busca evitar operaciones improcedentes y consecuencias legales y burocráticas indeseables, puede ahorrar un sufrimiento gratuito a unos 400 nacidos cada año en Alemania, cuyo sexo no puede ser definido por tener, por ejemplo, testículos y ovarios (o, más frecuentemente, ninguno de ellos fácilmente apreciables). Expertos internacionales estiman que alguna de las variantes de intersexualidad (hay muchas) sucede en el 0,018% de las personas.
19/08/2013, El País>>VER NOTICIA
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