5 nov 2013

¿Por qué nos cuesta tanto hablar de sexo con un niño?

Con tantas leyes y reformas educativas en nuestro país, el tema de la sexualidad sigue impartiéndose en los colegios como hace 50 años, es decir, se reduce a unas charlas esporádicas en las que una persona ajena al centro escolar se acerca para hablar de sexo. Las que yo recibí cuando era estudiante iban acompañadas de diapositivas bastante cursis –una espiga que derramaba sus semillas, una pareja caminando de la mano hacia el ocaso– y eran tan incomprensibles como las explicaciones de los políticos sobre cómo saldremos de la crisis. No aprendías nada porque lo que te decían –generalmente se ensañaban a fondo con la menstruación– ya lo habías experimentado en tus propias carnes y lo que querías saber no te lo aclaraban. Un misterio insondable era la duración el acto sexual, propiamente dicho, ya que era muy difícil que cualquier adulto respondiera a esta pregunta, a mi modo de ver, de las menos complicadas y embarazosas. Así que durante algún tiempo viví pensando que aquello duraba horas y horas, hasta que comprobé que los conejitos Duracell no son así por si solos, es que llevan pilas.

5.11.2013, El País>>VER NOTICIA

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