18 dic 2013

Abajo puños, arriba escotes


La tijera censora no dio abasto durante la dictadura. Y el cine, con sus fotogramas insinuantes o provocadores, fue un gran generador de quebraderos, siendo además el principal entretenimiento que tenía la sociedad tras la Guerra Civil. Los censores se cuidaban mucho de que en las películas que se exhibían en España hubiese influencias negativas con materias como la religión, la política, el ejército, la prostitución, el divorcio o el adulterio.
El sexo llegó a convertirse en una verdadera obsesión y fue perseguido con todas las armas al alcance de los censores. Dibujantes y empresarios tenían que hacer malabares para que los carteles se asemejasen lo más posible a la realidad americana, inglesa o francesa. No siempre con mucho acierto. Bienvenido Llopis ha analizado en La censura franquista en el cartel de cine (Notorius ediciones) los 40 años de censura en España. Se subían los escotes, se tapaban las piernas y se evitaban camas. “Se prohibían películas y se cortaban fotogramas, pero tan importante como controlarlas era hacerlo con la publicidad cinematográfica. Grandes estrellas de Hollywood que abrazaron la causa republicana —James Cagney, Joan Crawford o Robert Montgomery— vieron como sus nombres desaparecían de los carteles de cine españoles mientras que títulos que pudieran dar lugar a dobles intenciones no deseadas eran cambiados”, señala Llopis.
16.12.2013, El País>>VER NOTICIA

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