De ella se esperaba una sonrisa perenne y un comportamiento sumiso. Pero Ikumi Yoshimatsu se ha cansado de poner buena cara. Porque detrás de la exacerbada femineidad y de las maneras suaves que convirtieron a esta joven nipona en Miss Internacional 2012 se esconde una historia de acoso, extorsión y terror. Y, a pesar de que asegura que su vida está en peligro y de que requiere protección las 24 horas, Yoshimatsu ha decidido contarla. “Lo hago para ayudar a otras mujeres que son víctimas de hombres como el que me ha atormentado y para romper con la cultura del silencio que ha reinado en lo que respecta a los crímenes que se comenten contra las mujeres en la industria del entretenimiento”, contó el lunes en una conferencia de prensa sin poder contener las lágrimas.
17.12.2013, El País>>VER NOTICIA
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